Si estás buscando una manera sencilla y efectiva de revitalizar cualquier espacio de tu casa, una pared de acento podría ser la solución perfecta. Este truco de decoración no solo añade un toque personal, sino que también puede transformar por completo la estética de una habitación sin necesidad de reformas costosas. 

Una pared de acento es aquella que se distingue del resto del espacio mediante un color, patrón o material diferente. Esta técnica decorativa sirve para añadir interés visual y resaltar características arquitectónicas o elementos decorativos como una chimenea, una vista interesante o una obra de arte. 

Cómo crear una pared de acento
El primer paso es seleccionar el color y acabado adecuados. Puedes optar por pintura, papel pintado, o materiales como piedra, madera, ladrillo o cerámica:

• Preparación de la pared: Limpia la superficie, rellena grietas y agujeros, y lija ligeramente para eliminar imperfecciones. Imprime la pared para mejorar la adhesión de la pintura.
• Protección: Usa cinta de pintor para proteger molduras, esquinas y marcos, y cubre el suelo para evitar manchas.
• Aplicación de la pintura: Utiliza un rodillo para una aplicación uniforme. Si eres nuevo en esto, prueba en una zona menos visible antes de aplicar una segunda capa.

• Dormitorio: La pared detrás del cabecero de la cama es una excelente elección para destacar el área de descanso.
• Salón: La pared detrás del sofá, una chimenea, o el televisor pueden ser perfectas para una pared de acento.
• Cocina: La zona del comedor o la pared con la campana extractora pueden beneficiarse de un toque especial.
• Cuarto de baño: Las paredes detrás del lavabo o la ducha son áreas ideales para añadir un punto focal.